Arpillera en homenaje al DGTL realizado en el taller “119 Memoriando en Arpillera”

Transcripción realizada por Guillermo Correa Camiroaga

El 27 de junio de 1981 el Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro (DGTL), integrado por combatientes militantes del MIR, fue detectado por las fuerzas militares de la dictadura, interrumpiendo el proceso de desarrollo de la conformación de una fuerza guerrillera en las montañas de Neltume, proceso que solo alcanzó a implementar en forma parcial la etapa de exploración, conocimiento y acondicionamiento del terreno. Hoy, 40 años después de dichos acontecimientos, Ibar Leiva Quevedo y Jaime Castillo Petruzzi, dos ex combatientes y sobrevivientes del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, entregaron sus testimonios, análisis e interpretaciones del significado de dicho proceso, como asimismo hablaron de las enseñanzas y proyecciones que de él se pueden desprender para las luchas populares de liberación del presente y futuro en nuestro país.

El Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume organizó el pasado domingo 27 de junio del 2021 un Conversatorio virtual con estos compañeros denominado “Memoria Persistente: a 40 años del Campamento Toqui Lautaro”, actividad realizada en conjunto con la Radio Comunitaria Los Placeres, el Centro Cultural Roberto Matta y la colaboración de Red de Medios Radiales del Wallmapu y la Patagonia. Este encuentro fue moderado por Luis Cartes, profesor de Historia y encargado del área de biblioteca del Centro Cultural Mueso y Memoria Neltume.

Como un aporte a la Memoria de los Pueblos, elpuelche.cl realizará en varias entregas, el texto de la transcripción del Conversatorio “Memoria Persistente: a 40 años del Campamento Toqui Lautaro”.

Luis Cartes al introducir el tema manifestó que “la idea es que nos puedan contar el contexto político en que se da este hito y mirarlo también con perspectiva conversando en torno a ciertas continuidades históricas, proceso histórico y proyecto político que se expresó en ese plan y qué se puede observar en la actualidad , cuando vivimos un despertar de la lucha social y popular desde el 2019 en adelante…” Más adelante les planteó la siguiente pregunta para iniciar el Conversatorio: “cuál fuela experiencia y por qué se desarrolla este proyecto guerrillero en la precordillera valdiviana.”

IBAR:

Soy militante del MIR desde inicios del año 70, en la zona sur, en la Araucanía, siendo estudiante de la Escuela Normal de Victoria. Como mi origen es de campesino me ligué tempranamente a las tareas con el MCR, Movimiento Campesino Revolucionario. En ese plano conocí a Paine que es el compañero que posteriormente fue el jefe del DGTL. Después del golpe militar fui detenido, preso, salgo al exilio y me radico en Holanda y es allí donde, reincorporado a la orgánica del Partido, del MIR, me ligo a lo que va a ser el proyecto guerrillero. Llega también a esa ciudad Paine y por lo tanto desde el primer momento tenemos contacto cercano, y cuando se nos convoca, dada mi experiencia en el trabajo con campesinos, y además porque ya tenía algún nivel de experiencia militar, Paine me convoca a la tarea y por supuesto que me sumé con mucha alegría incluso.

Mi opinión es que una de las debilidades que tuvimos como orgánica fue precisamente el descuido un poco de la línea y del desarrollo de lo que tenía que ver con la guerrilla rural, que está en el programa del MIR desde el primer momento. A pesar de que nosotros estábamos definiendo la etapa en Chile como pre-revolucionaria, no fue mucho lo que hicimos con respecto al desarrollo de la tarea militar, salvo a último momento que se destina un grupo de compañeros a la zona sur para iniciar el trabajo de reconocimiento y acondicionamiento de la cordillera, pero es en los últimos dos meses previo al golpe, así es que fue muy poco lo que se alcanzó a hacer en ese plano.

Pero nunca es tarde y cuando el Partido decide retomar esta tarea, somos muchos los compañeros que nos sumamos con alegría al desarrollo de esta tarea.

En relación con la Operación Retorno decir claramente que esta no es una operación militar, como se ha pretendido describir por parte de los aparatos represivos y la prensa al servicio del modelo, fue un Plan Político que definió el Partido por algunas razones bien específicas. Primero porque el Partido definía ya el momento como un cambio de la situación política en Chile; quedaba un poco atrás el repliegue de las masas y a nivel del Partido se empezaba a recomponer, y por lo tanto ya estábamos en condiciones de dar una respuesta diferente. La orgánica partidaria, se decía en aquel momento, ya estaba reconstituida en gran parte del país. También la existencia de muchos militantes en el exilio, en Europa y Latinoamérica, que por esos tiempos estábamos radicados por distintas razones por allá. Una gran cantidad de los compañeros habían salido desde las cárceles expulsados del país.

Había otro elemento que se tenía en cuenta y es que había importantes relaciones con países y organizaciones políticas de la izquierda a nivel internacional, Cuba, Vietnam, Libia, por nombrar algunos países, y además partidos políticos y distintas organizaciones a nivel de todo el mundo.

Estas eran un poco las condiciones que hace de que el Partido se plantee el Plan 78, como fue conocido por nosotros, y que en su ejecución práctica le denominamos el retorno al frente.

En relación a por qué la cordillera de Valdivia hay varios elementos. Lo primero es que allí hay un historial político, el Partido tuvo mucha presencia y condujo todo lo que fue la conformación del Complejo Maderero de Panguipulli. Las tomas de fundos estuvieron lideradas por compañeros, había un grupo importante de militantes del MIR en esa zona, y también había mucho reconocimiento y cariño por parte de la población hacia nuestros militantes.

El otro elemento que define el por qué esa zona son las características topográficas, la extensión del terreno. Hay que saber que en esa zona es donde Chile en su territorio es la extensión más grande de terreno que hay aquí. Por otro lado esta es una zona que permite entrar y salir con mucha facilidad, retirarse hacia Argentina es muy factible y trasladarse hacia el centro y sur de Chile también.

Otro elemento es que existía en el exilio muchos militantes que eran del lugar y esto supone un conocimiento básico de la población y del terreno en general. El Camilo, el Rigo, el Óscar, el Hugo, Víctor, el Pequeco, luego se sumó el Pedro, el médico, que también estuvo militando por allí antes del golpe. Por ahí también muy cercano estaba Jacinto, un compañero que tuvo responsabilidad de dirección del MIR en la zona y que por supuesto conocía perfectamente el lugar y mantenía relaciones con mucha gente del sector.

Entonces estos son los elementos que hacen que se configure el proyecto de conformación del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro. La responsabilidad recayó sobre Paine, que era miembro del Comité Central, el recorrió el exilio buscando a los compañeros, seleccionó a toda la gente, pasamos por Escuela y allí fue tomando forma este proyecto hasta que en algún momento estuvimos en condiciones de hacer ingreso a la montaña.”

JAIME:

En mi caso muy joven salí al exilio, uno de los casos atípicos aquí en Santiago, porque a mí se me ordenó salir al exterior por parte de mi jefe directo en aquella época, contraviniendo la táctica y postura principista que tuvo nuestra organización de que “el MIR no se asila”. Era tan joven que cumplí 18 años en Francia. Salí por la frontera, con permiso notarial y llegué a Francia a cumplir mis 18 años a fines del 74. A inicios del 77 ya partíamos a nuestra formación político-militar para reintegrarnos al trabajo partidario donde nos mandara la organización. Siempre tuvimos un nivel de compromiso total. Eso le decimos a nuestra familia, a nuestros hijos, nuestra entrega es parte de una generación que fue total. Para nosotros no había vida personal, vida privada, vida familiar; había estudios que eran congruentes con el desarrollo del compromiso político, y sobre todo lo que era la formación ideológica para ser más fuertes, más claros, más constantes, más consecuentes con nuestro compromiso. Parte de esa generación somos tantos compañeros y compañeras que lo dimos todo por el proyecto, todo por el Partido, todo por la revolución.

Cuando pasamos nuestra Escuela político-militar con varios compañeros que hoy día son héroes caídos en la lucha revolucionaria en Chile, cuando pasamos Escuela el único anhelo inmediato que teníamos era ponernos a disposición de la revolución popular sandinista. Estábamos en la isla cuando estábamos preparándonos para volver a Chile, pero a partir del año 78, fundamentalmente octubre del 78 que empieza la ofensiva revolucionaria estratégica en Nicaragua, lo único que pedíamos nosotros era integrarnos a las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional y ser participantes activos con los conocimientos que habíamos adquirido en las Escuelas que habíamos pasado y contrastarlos en la práctica, desarrollarnos, pulirnos, templarnos más en lo que era la lucha guerrillera concreta, el enfrentamiento directo con las fuerzas del Estado, del Imperialismo. Pero lamentablemente no se nos concedió participar junto al hermano pueblo nicaragüense, porque ya, como ha explicado el compañero Ibar, estaba avanzando raudamente el Plan Retorno y cada uno de nosotros tenía las tareas definidas. De una u otra manera se bosquejaba la estrategia para todo el sur de Chile, el teatro de operaciones sur, y dentro de esa estrategia cada una de las Escuelas y de los militantes, más o menos, estaban siendo destinados.

Estando nosotros en Cuba todavía, antes de salir en el regreso al frente interno, el compañero que fue nuestro jefe de Escuela, el compañero Antonio Lagos Rodríguez, Gabriel, nuestro hermano mayor, el compañero ya se había separado de nuestro grupo estando nosotros en La Habana preparándonos para volver a Chile, y para gran sorpresa nuestra, y con fecha 04 de agosto del año 79, cae combatiendo en El Arrayán, acá en Santiago. El compañero Gabriel junto a la compañera Peñailillo cubrían la retirada de nuestros compañeros dirigentes, el compañero Andrés Pascal Allende, y combatieron hasta el final. Un poco esa es la mística con la cual nosotros nos estábamos preparando para integrarnos, tanto en la revolución popular sandinista como para venirnos a Chile. Es importante destacar que, además, este compañero Antonio Lagos, tenía su hermano, el compañero Mario Lagos Rodríguez, el compañero José, que obviamente fue mucho más golpeado que todos nosotros al ser su hermano directo. Conversamos nosotros en aquella oportunidad en La Habana y lo primero que hicimos fue reafirmarnos en nuestro compromiso y en nuestro total convencimiento de que solamente la lucha revolucionaria en Chile iba permitir acabar con la dictadura y estábamos dispuestos a no cambiar en esa direccionalidad estratégica y táctica nuestra. Así fue.

Ingresamos, el grupo nuestro, a partir del año 80, en mi caso con la compañera Luisa entramos en el mes de marzo, el 08 de marzo del 80 para ser más preciso, pasamos por Santiago, avisamos que habíamos ingresado y nos fuimos a Temuco. Ahí nuestra misión era encontrarnos con compañeros que venían haciendo el ingreso por tierra, desde Argentina, el compañero Moisés, el compañero Hugo y el compañero Teo, y con ellos tuvimos el primer encuentro y el primer asentamiento de lo que era el grupo inicial, de la exploración del terreno por toda la zona de Coñaripe para arriba.

Así fue como se fueron concatenando los hechos. Todo el año 80 estuvimos desarrollando el compromiso en el monte, en las redes urbanas. A fines del 80 nos bajan a Santiago a hacer trabajo de enlace y comunicaciones con los compañeros de la Dirección Nacional, alimentando las redes en el sur, y después nuevamente volvemos a subir en el mes de febrero.

¿Por qué volvemos a subir nuevamente al monte?, por cuestiones de golpes represivos. Lamentablemente el compañero Quinchavil y el compañero Campos fueron detenidos el 19 de febrero del año 81, ingresando también por tierra desde Argentina a Chile. Los compañeros fueron desaparecidos. Nosotros habíamos tenido una estrechísima relación con el compañero Campos, Campito, de hecho el fue nuestro jefe de red en La Habana, y el hecho de que el compañera fuera detenido puso en alerta a la Dirección, a pesar de que teníamos en Santiago una muy buena inserción, muy buen trabajo, estábamos haciendo un trabajo impecable hasta ese momento, cien por ciento afiatados en el terreno de la seguridad; de una u otra manera insertos en un medio, con leyenda en el barrio, en fin, teníamos buena disposición, buena movilidad, buena respuesta a las tareas que nos daba la Dirección, pero se optó por mandarnos nuevamente al monte.”

LUIS CARTES:

“Estamos rememorando 40 años de un suceso que pasó el 27 de junio de 1981. Es importante, más allá del desenlace que tuvo la operación, de la que hay bastante literatura, me gustaría preguntarles a ambos y también a Angélica como parte del Museo ¿qué relevancia creen que tiene, a cuarenta años de este hito, rememorar y patrimonializar esta experiencia?

ANGÉLICA:

“Para nosotros, tal como para ustedes, es muy emocionante poder en este día recordar y homenajear a muchos de los caídos, aunque no es la fecha en la que mueren muchos de ellos, pero si es la fecha en la que parte descubriéndose el Campamento. Como Centro Cultural hace 17 años que llevamos un trabajo de rescate de historia local en nuestro territorio. Durante estos 17 años hemos ido aprendiendo día a día, porque el grupo Memoria 81 es parte de nuestro espacio, es parte de nuestro Centro Cultural, y con ellos hacemos todos los años los Encuentros de Memoria, que se habían venido realizando de manera presencial hasta que nos tuvimos que reinventar de otra forma por esta situación en la cual nos encontramos como país.

Es bien triste estar tan distantes, pero no por eso no existe el mismo respeto y el mismo cariño por esta lucha que se dio acá en el territorio.

Dentro de todo este trabajo que el Museo realiza, en diferentes conversaciones con los equipos de trabajo, decidimos que algo había que hacer con esta historia, la historia no podía pasar desapercibida en nuestro territorio y quedar como a la deriva, tenía que ser algo importante. Para nosotros como espacio decidimos que la manera como nosotros podíamos de algún modo devolver, por así decir, devolver todo el sacrificio humano que hubo detrás de toda esta lucha fue precisamente declarando Patrimonio varios hitos que conforman la historia del pueblo de Neltume. Pero más allá de los bienes inmuebles que se declaran, lo que en realidad se declara es la historia de lucha de los obreros de la montaña, y ahí va nuestro reconocimiento para siempre, para todos ellos, para los que dieron la vida y para ustedes también, por esta ardua batalla que libraron en ese tiempo, en ese entonces, y que hoy en día vemos como en nuestro país hay un nuevo despertar y que muchas de las cosas que se están moviendo en el territorio también, producto del desplazamiento forzado de aquellos años, que la gente ha podido reorganizarse como para decir nos quitaron una vida cuando nos echaron del territorio, sentimos nosotros que hemos sido un aporte , que ha sido el espacio del Museo con su trabajo, día a día que nos planteamos de la manera más humilde y más sencilla, poder haber llegado hasta la instancia en que estamos hoy.

Esta historia se consagra, no sin una nueva batalla, porque todos saben que hubo intención de bajar esta Declaratoria, sin embargo tuvimos que volver a presentarla, volver a pelearla, volver a defenderla, y finalmente se consagra la historia de lucha del territorio, y con ello se consagra para las generaciones futuras y para las nuestras, esta historia valiosísima que se da en el sector cordillerano de nuestro territorio.”

IBAR:

Un día como hoy fuimos descubiertos en la montaña, pero detrás hay toda una historia, entonces quiero contar un poquito eso. Les decía en la primera intervención de que fue el compañero Paine, como miembro del Comité Central, el que asume la responsabilidad de conformar lo que sería el Proyecto Guerrillero Toqui Lautaro. A mediados del 78 se comienza con convocar a los distintos compañeros en los distintos países donde se encuentran. El 79 ya estamos en Escuela en La Isla y se configura ya lo que va a ser el grupo de compañeros que va a ingresar a esa zona, porque en esa Escuela había también otros proyectos. Hay que mencionar que había un proyecto similar que contemplaba la ubicación en lo que es la Cordillera de Nahuelbuta, ahí también había un grupo importante de compañeros destinados a esa tarea.

Es a comienzos del 80, en marzo precisamente cuando ya comenzamos a hacer ingreso al territorio. Algunos compañeros lo hicimos a través de la montaña, otros lo hicieron en buses por la zona sur y a otros les correspondió pegarse el sustito de entrar por el mismo aeropuerto. Por ahí está Daniela que seguro se va a acordar de ese momento.

Fuimos poco a poco llegando el grueso de compañeros y ya es marzo del 81 cuando definitivamente estamos ya todos. Somos 15 compañeros en la montaña y estamos estructurados como fuerza militar, como destacamento, agrupados en tres patrullas, más el mando que estaba constituido por el compañero Paine y el compañero Pedro. Las tareas allí son múltiples porque lo que sabemos de la zona es muy poco. Si bien es cierto que había compañeros que eran de allí, pero su conocimiento era muy general, lo particular todo lo tuvimos que ir descubriendo por el camino.

Las primeras tareas fueron exploración, levantamiento de mapas, acondicionamiento del terreno, comenzamos la construcción de los tatús, que más tarde serían una tremenda herramienta de sobrevivencia. Además de todo el trabajo que se estaba haciendo abajo en función de la conformación de las redes de apoyo para resolver el tema de alimentación y materiales especialmente.

En el año 81, en este tiempo, precisamente nos encontrábamos, después de muchos días de nieve, construyendo un tatú gigante, que en realidad era un tatú que iba a permitir pasar el invierno para todo el personal, pero junto con ello la construcción de algunos talleres. Por lo tanto la pega era como grande y estábamos en esa tarea, iniciando esa tarea. Ese día fue un día muy especial porque después de haber nevado mucho, ese día había sol y desde los árboles estaban cayendo pelotones de nieve que producían mucho ruido y, por lo tanto, no permitía escuchar. En ese tiempo nuestro principal sistema de alerta eran los ruidos, porque estando ubicado en plena montaña, cualquier ruido se escucha desde muy lejos. El cantar de un pájaro, el carpintero picoteando un palo o un animal que anda uno lo puede escuchar si está en silencio. Ese día no se podía escuchar nada por este ruido que producían los pelotones de nieve.

En eso estábamos, alrededor de las once de la mañana, cuando sentimos un grito y la primera ráfaga de un fusil sobre nuestras espaldas, muy cercana. Recuerdo haber me dado vueltas para mirar y el humo del fusil estaba a tres metros, más no. Pudimos salir del lugar felizmente y reagruparnos posteriormente. Sin duda alguna que nos impactó a todos, la sorpresa fue generalizada, por lo que la reacción es producto nada más que de la sobrevida. Felizmente luego comenzamos a recuperar la capacidad de pensar y nos fuimos reagrupando, y salimos allí de la zona agrupados en dos grupos diferentes que con el correr de los meses nos volvemos a encontrar y lograr recomponer el Destacamento.

Eso es a grandes rasgos el tema de la historia. Sin duda alguna que si alguien quiere tener más detalles al respecto tiene que comprar el libro “Guerrilla en Neltume”, porque ahí se cuentan más detalles de todo esto, pero es importante decir que fue una tarea trabajada como corresponde, con la responsabilidad que amerita hacerse cargo de un proyecto guerrillero que no era menor, y por lo tanto no hay improvisación, sí uno puede reconocer que había muy poca experiencia al respecto y de esto me quiero tomar para hablar de la relevancia que tiene.

La experiencia, aunque militarmente fue derrotada, la experiencia práctica que deja es muy importante para el futuro, así lo creo yo. Por lo tanto, el trabajo que ha hecho Angélica, en función del Museo y la recopilación de todo este historial, creo que es una tarea también muy importante pensando en el futuro.

Transcripción realizada por Guillermo Correa Camiroaga

Valparaíso, 27 junio 2021